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Esta mañana cuando he salido a la calle he visto a los primeros pájaros emigrar, emigrar al calor con su típica formación en forma de V, con un vuelo tranquilo, pausado con estilo.

No llevaba la cámara cosa rara en mí y la foto corresponde a otros pájaros, otros momentos, otras mañanas…

Pero la sensación es la misma, como su vida buscar la luz, el bienestar, la vida y en esta época donde los colores calidos son los predominantes, rojos, amarillos, ocres que envuelven todo con una placidez especial, trae la melancolía a mi ser.

Recuerdos de esos días donde todo era diferente, tenía un lugar y una razón. Donde el débil gana siempre, donde la vida esta sobre todo y la naturaleza ¿donde?

Siempre perjudicada, siempre dañada, siempre perdida en la memoria de los buenos momentos que ha todos nos ha dado y no siempre apreciamos, que se echaran en falta con la ayuda de todos y el entusiasmo de unos pocos. Y cuando el corazón sienta la perdida, nuestros sentidos tan embotados desde hace tiempo no recordaran y se habrá perdido hasta que un inocente vuelva a preguntar ¿Qué color tiene el aire, a que sabe el agua, como suena el viento? Y recordando tratando de explicar lo que no tiene explicación sabremos que hemos acertado cuando una sonrisa aflore en sus labios y sus ojos brillen imaginando lo que fue y no será.